No es novedad que las obras de Junji Ito son un recorrido obligado por la literatura del manga. Sensor no es la excepción. Kyôko Byakuya comienza un paseo que no parece terminar jamás. Se pierde en el bosque cercano a un misterioso pueblo y de pronto el cosmos comienza a indicarle un camino que trascenderá el universo. Ito comenta en su posfacio que sus personajes comenzaron a tomar vida propia en esta historia. Algo parecido ocurre en Sensor. Los personajes pierden el control para embarcarse en una atracción cósmica tan asombrosa como extraña.